Administración: Esta historia fue eliminada y la autora la está editando, cambiando varias cosas, por tanto, vamos a publicar la versión nueva, ya que la anterior se perdió para siempre. Disfruten lo nuevo y no olviden comentar.

Fic TOLL de unicornlitz

Prólogo

Vendaba sus nudillos con una tela blanca, caminando con toda la calma del mundo mientras miraba esa foto que había pegado en el centro del saco de boxeo. Su objetivo a destrozar.

En sus ojos se reflejaba la rabia que sentía, tenía la mandíbula tensa y, cuando estuvo listo, alzó los puños dispuesto a darle un buen golpe a la foto en el saco. Los recuerdos lo acosaban sin piedad; despertarse cada noche por las malditas pesadillas lo tenía hecho polvo. Era como si su propia mente estuviera en su contra, sus pensamientos empujándolo a cumplir con la promesa que se había hecho a sí mismo. El dolor que había sentido se había convertido en un odio tan enorme que ni él mismo podía controlar. Era como si su mundo hecho trizas estuviera cubierto por una nube oscura que no dejaba de llover. Su mente era un infierno.

Pero no podía evitar pensar en lo que quien había sido el amor de su vida le hizo, el daño que le causó, sin poder evitar desear hacerle sentir lo que él sintió y aún peor.

Las palabras de esa persona resonaban en su cabeza, eran las que más le cabreaban. Porque Bill se sentía tan idiota por haber amado tan ciegamente y haberle dado todo lo que tenía a alguien que no lo merecía…

Su mirada se oscureció y, gruñendo, impactó el primer puñetazo justo en la foto, seguido de muchos más. Las venas en su frente estaban a punto de estallar y sus dientes rechinaban; golpeaba tan fuerte el saco de boxeo destrozando la fotografía sin medir su fuerza, que no se dio cuenta de que sus nudillos empezaban a sangrar. Sudaba, pero no se detenía, soñando con ver sufrir al chico de la foto, alucinando e imaginando que lo tenía frente a él y era él quien recibía sus golpes.

—Sabía que estarías aquí…

Bill sonrió de manera torcida sin dejar de golpear el saco. Quería hacer añicos la foto, deshacerla con sus puños ignorando el leve ardor de sus nudillos ensangrentados.

Andreas se apartó del umbral de la puerta y se acercó hasta estar cerca del menor. Suspiró negando lentamente con la cabeza.

—Te estás haciendo daño otra vez— musitó.

—No molestes, Andy— respondió Bill con la voz entrecortada. Abrió y cerró las manos para volver a impactar sus puños en el saco.

—Necesito hablar contigo— comentó el pelinegro de ojos azules sentándose en una de las máquinas más cercanas al saco —Dave me ha dicho que te acompañaré a Hannover…

El rubio puso los ojos en blanco dándole un último puñetazo al saco; sabía a qué se refería el ojiazul y realmente no quería discutir más sobre ese tema. Era lo que había estado esperando durante esos cinco años. Limpiándose el sudor de la frente con el dorso de su mano izquierda, miró al chico:

—Andreas, sé lo que me vas a decir y ya sabes cuál es mi respuesta…

El aludido bufó —Tienes la oportunidad de seguir con tu vida Bill, de olvidarte del pasado por muy duro que sea y ser feliz— dijo, a lo cual Bill se echó a reír —No quiero que caigas otra vez en ese agujero del cual tanto te costó salir…

—No lo entiendes, ¿verdad?

—¿Qué es lo que no entiendo, eh?— preguntó Andreas un poco alterado —¿Qué quieres volver para cumplir con una venganza absurda que también puede hundirte? Eres tú el que no entiende, no ensucies tu alma por ese tipo, no se lo merece…

—Gracias a ese idiota, Andy, tengo el alma destrozada— respondió Bill en un susurro con los ojos entrecerrados —La tengo manchada desde hace mucho tiempo y todo por su maldita culpa. Quiero hacer que sufra y sienta lo que yo sentí, y eso es algo que llevo planeando estos putos cinco años. Nada va a hacer que me detenga, Andreas, ni tú ni nadie va a impedir que cumpla lo que me prometí… voy a hacerlo trizas…

—Bill— Andreas negó con la cabeza —Solo quiero que entres en razón, esto puede joderte a ti también.

—Si eso pasa, entonces habrá merecido la pena.

Andreas se levantó —No estás pensando con claridad. Te estás dejando llevar por la rabia que sientes, ¡Entiende que esto no arreglará nada! No te va a devolver la paz ni tampoco la tranquilidad… joder.

—Yo no busco paz, Andreas, ni tampoco tranquilidad porque nunca he tenido eso. Lo que quiero es verlo llorar. No quiero su puto perdón, quiero venganza por todo lo que me pasó. Con mis padres, su rechazo. En el internado, las palizas, las violaciones que sufrí, los insultos de todo tipo. Andy…— Bill se acercó al ojiazul tomando sus manos, su voz empezando a temblar —Yo no merecía nada de eso— continuó, con los ojos llenos de lágrimas —Yo solo me enamoré… amé a ese hijo de puta con toda mi alma, le creí cada maldita mentira. Me hizo creer que era correspondido…— respiró hondo —hizo que perdiera a mi mejor amiga, hizo que dependiera de él… me ilusionó— sollozó.

Andreas aflojó sus rasgos, separó sus manos de las de Bill y con ellas acarició las mejillas del menor sosteniendo su rostro y ojos levemente enrojecidos —Una vez escuché que no hay mejor venganza que el olvido…— susurró —Billie, entiende que esto no va a traer nada bueno. Podrías herir a muchas personas que no se lo merecen…

—¡¿Y lo que yo sufrí qué?!— sollozó Bill con la voz temblorosa, sus rasgos contraídos por el nudo en su garganta —¿Acaso eso no cuenta?

—Sé que ese cabrón te hizo daño, sé que aún no superas todo ese dolor y sé que es difícil para ti pero todo esto será peor… tú lo que tienes que hacer es olvidarte de todo lo vivido en el pasado y centrarte en el futuro…

Bill se alejó bruscamente de Andreas, mirándole con evidente enojo además de tristeza.

—Es fácil para ti decirlo…— dijo mientras se limpiaba las lágrimas con rudeza, dejando su piel roja —No fuiste tú a quien tus padres abandonaron, ni quien fue violado incontables veces sin importar cuántas veces suplicaras. No fuiste tú quien lloró durante las noches hasta quedarse seco, quien gritó hasta desgarrarse la garganta… no fuiste tú a quien la persona a la que amabas le rompió el corazón de la forma más cruel posible…

Andreas intentó acercarse, pero Bill dio varios pasos atrás.

—Es fácil para ti pedirme que olvide porque tú no has pasado por toda esa mierda… ¡Solo era un niño!— gritó exaltado. Se acercó al saco de boxeo nuevamente y mientras miraba la foto hecha trizas, gruñó —Yo prometí devolverle lo que me hizo y no voy a detenerme… haré todo lo necesario para verlo sufrir.

Sorbió por la nariz y Andreas solo miraba. Él solo quería evitar que Bill cometiera un error, pero ya era demasiado tarde.

—Tom Trümper… seré tu verdugo…

Continúa…

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por unicornlitz

Escritora del Fandom

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