Notas: Mi corazón se apachurró escribiendo esto, en sí no ando escribiendo mucho por cómo les valió verga el incestember a todos, leyendo sin comentar, pero mi corazón de pollo necesitaba un desfogue, y por eso escribí esta versión alternativa de Predestinados, algo cortita, dónde los lectores podrán disfrutar lo que hubiera pasado antes de esa fatídica noche en la vida de Tom. No es personal si no respondo comentarios a personas que se saltan todo el fic para leer los extras, sólo que no tiene sentido hacerlo, así que si lees por chismear, tu problema, sólo que no responderé, si por el contrario, esto te dio curiosidad y ganas de leer la historia, normal, empieza por Predestinados.

Resumen: ¿Qué pasaría si Bill y Tom hubieran tenido la misma edad y se hubieran conocido a los quince años en la escuela?

Fic TOLL de Kasomicu

Extra: En otra vida (What if?)

Tom estaba leyendo sus cómics en el receso de la escuela, con los audífonos puestos, para no soportar las estupideces que le decían sus compañeros, la mejor forma de eludir su realidad era esa, leyendo libros, cómics, escuchando música o dibujando.

Él no era el más sociable, lo sabía, y era incómodo lidiar con que lo hacían en menos por ser omega, aparte por no tener los gustos usuales en chicos omegas, Tom ocultaba su cuerpo con ropas anchas, teniendo el cabello largo en rastas, no suelto ni buscando usar nada femenino, porque de por sí su cara no ayudaba, y el que tuviera que faltar a la escuela o ir con supresores puestos en caso de exámenes era jodido.

La mayoría de omegas que eran populares en su escuela eran porque tenían un comportamiento más sumiso, o eran pareja de algún alfa o beta popular, y vestían acentuando sus atributos como cinturas estrechas, caderas, muslos y demás, pero Tom no cumplía en nada de aquello.

No que no le parecieran guapos algunos chicos, sí lo hacían, mayormente varones así sean alfas u omegas, ocasionalmente le llamaban la atención algunas chicas alfas, pero nunca se había atrevido a acercarse, porque lo veían en menos y todo el atractivo que pudieran poseer se iba al caño cuando hablaban.

Así que Tom tenía sus crushes con actores o personajes ficticios, pensando en ellos durante su rut, y creyendo que era más fácil así, sin lidiar con personas en la vida real.

Quizá cuando creciera encontraría a alguien que no lo juzgara, aunque lo veía un tanto difícil, el quedarse sometido a un alfa o beta no sonaba bonito para Tom, aunque en sí en su casa quien mandaba era su mamá, y era omega, porque su papá, si bien era un hombre bueno y recto como alfa, solía obedecer a su mamá.

La diferencia era también que su mamá era muy apegada a las tradiciones, diciéndole a Tom que él podría casarse de adulto, que aprendiera a cocinar para ser un buen omega, que debía usar ropa de su talla, y encomendarse a Dios para que tenga una buena familia de adulto.

A Tom le parecía mucha mierda eso, ni siquiera se había molestado en querer aprender a cocinar, fuera de lo básico, pensando que sería algo que necesitaría a futuro pero para él mismo, porque no le llamaba la atención el cocinar para alguien.

Tener hijos no era su sueño, a veces le daba ganas de quitarse el útero él mismo en ocasiones, porque no quería verse reducido a eso: una máquina de parir.

Tom pensaba estudiar Artes plásticas, y tener su propia galería, era mejor cavilar en su futuro con respecto a sus estudios que estar aferrándose a tener una vida social activa, o casarse y tener hijos. Así pusiera triste a su mamá, no era su sueño, y Tom prefería estar en su propio mundo, sus cosas y no tener que soportar a nadie más.

Tom se cayó cuando fue empujado, haciendo que se le salieran los audífonos, y se pusiera en modo alerta, girándose a ver quién lo había empujado, aunque lo mejor era irse, pero… No lo habían empujado, no directamente al menos, lo habían hecho con un muchacho, quien se cayó sobre su espalda, gimiendo en dolor.

—Oh, pero si miren, el alfa fracasado hijo de gays, y el omega fracasado, menuda pareja de mierda están hechos —escupió las palabras uno de los abusadores del otro salón.

Tom estaba de pie, fijándose en el adolescente de cabello negro como erizo, quien seguía con los ojos cerrados por la caída, aunque se percataba que usaba maquillaje, no parecía un alfa, pero también no podía dejar de mirarlo.

Su instinto era correr, pero una parte suya, hizo que Tom extendiera su mano en dirección al muchacho.

—Ven, párate o será peor que te quedes ahí —pidió Tom, en lo que el joven emo lo miró, mostrándole sus ojos miel, y tomando su mano, recibiendo la ayuda, en lo que ambos sintieron una electricidad recorrerles.

—Ah, gracias. Soy Bill Trümper —se presentó Bill, aún sin soltar la mano de Tom, pero el alfa se removía incómodo porque tenía los síntomas de su rut, cuando se supone que le vendría el próximo mes.

Tom apretó la mandíbula, sintiendo su lubricación en su canal, como si estuviera en celo, pero no le tocaba, al menos no ahora.

—Tom Kaulitz —respondió Tom al saludo, aún con la mano con uñas pintadas de negro tocándole, haciendo que se sintiera quemar bajo ese tacto—. Ehm, tengo que irme a la enfermería, no me siento muy bien —musitó el de rastas.

Bill no podía dejar de verlo, era muy hermoso y olía a vainilla, nunca le había pasado el sentir tanto por un omega antes, se sentía muy fuera de sí mismo en aquel instante, con la boca incluso salivando mientras veía esos ojos color chocolate, labios llenos con un piercing, rostro precioso y su mano tan suave… ¿Por qué era tan bonito?

—… ¿Me sueltas por favor? —pidió Tom, sacando a Bill de su ensoñación.

Bill asintió, soltándole la mano pero yendo detrás de él.

—¿Por qué me sigues? —cuestionó Tom incómodo, porque sentía el olor a menta fuerte que provenía de Bill, es decir, también le había venido su celo de alfa.

—También debo ir a la enfermería —respondió Bill.

Tom asintió en lo que veía cómo Bill se ponía a su altura.

—Eres muy lindo, Tom. Tu cabello me gusta mucho, también tu ropa —halagó Bill, en lo que seguía al omega, poniéndole una sonrisa.

Tom se sentía muy confundido de que le dijeran palabras lindas para referirse a sí mismo, sin atisbo de burla ni nada, por lo que lo vio con desconfianza, es decir, el chico era lindo, aunque pareciera un omega de por sí, con ropas pegadas, maquillaje, uñas negras y esa sonrisa inmensa.

—Gracias —dijo Tom, poniéndose un poco más nervioso por la erección que tenía en sus pantalones y la humedad entre sus piernas.

Bill en sí no tenía mucha confianza en sí mismo, tampoco amigos,  o ayudaba que no se comportara como un alfa normal, que tampoco fuera musculoso o su forma de vestir, siendo más bajo que otros alfas de su edad, y no alocándose por omegas, aunque este chico era diferente, este omega era muy lindo y olía delicioso que por lo mismo no podía dejar de verlo, intentando que le hiciera caso.

—¿Quieres comer helado a la salida de la escuela? —cuestionó Bill, haciendo que Tom dejara de caminar.

—No me conoces —farfulló Tom, observando al adolescente.

—Pero quiero hacerlo, si es por lo que dicen de mí, es verdad, mis mamás son alfas, eso no me hace malo —farfulló Bill, apretándose el borde de su camiseta.

—No lo digo por eso. Me dicen omega fracasado también. ¿No me ves? —se señaló Tom a sí mismo.

—¿Y qué tiene? Yo tampoco soy el más alto para ser alfa, no me visto súper masculino ni tengo músculos, no me importa. Eres bonito y quisiera conocerte, Tom —dijo Bill, sintiendo su corazón latir acelerado.

Tom quiso refutarle pero la enfermera abrió la puerta del tópico.

—Pasen, muchachos —pidió la mayor.

Después de hacerles un chequeo, le dio supresores a Tom e inhibidores a Bill, haciendo que los síntomas bajaran.

—Tienen que tener cuidado, jóvenes. Si no se fijan bien la fecha de su rut y celo, pueden tener un accidente o algo mucho peor —aconsejó la enfermera, a lo que ambos asistieron.

Al salir del tópico, es que Bill nuevamente estaba detrás de Tom, y el de rastas se giró, frunciéndole el ceño.

—Ya, basta, estamos en salones diferentes, deja de seguirme —ordenó Tom enojado.

Bill se sonrojó. —Lo siento… Pero, ¿me das el teléfono de tu casa?

—Yo no… —Tom quería decirle muchas cosas, como que él no tenía amigos, que nunca había tenido un novio, y que no podía simplemente meterse con él si lo que buscaba era un novio omega. Pero observaba aquellos ojos miel, tan anhelantes, y algo se apretaba dentro suyo.

—Sé cocinar galletas, puedo hacer unas para ti, y… Conmigo no te faltarán los chistes, así sea que te los haga o te burles de algo que me pasó, las risas están aseguradas, chico lindo —soltó Bill, sintiéndose muy nervioso en realidad, sonriéndole, con las manos sudadas, esperando que ese omega precioso no lo rechazara.

—Te voy a dar mi correo electrónico mejor, porque mis papás son algo intensos —respondió Tom, sintiéndose tenso, pero decidiendo que podría ser su amigo al menos, Bill sonrió emocionado, aplaudiendo, en lo que sacaba rápidamente un papel y lapicero de su mochila, con Tom sonriendo al dictarle su correo—. Bueno, adiós, Bill.

—A la salida te espero afuera de tu salón para ese helado, mira que hace mucho calor, y seguro te vendría bien comer uno, a mí me gusta mucho el de vainilla, ¿sabes? —masculló Bill, sonrojado.

—A mí me gusta el de menta con chispas de chocolate —respondió Tom, sonriendo para luego meterse a su salón, dejando a Bill suspirando contra la pared.

&

Cuando estuvieron comiendo helado en el parque, Tom se fijaba cómo era de parlanchín este alfa, por lo que sí, pese a todo, se terminó riendo más de una vez con él.

Bill insistió en llevarlo a su casa, y Tom aceptó, en lo que conversaban, notando que ambos no eran muy sociables, Bill enseñándole sus dibujos, y diciéndole que también quería estudiar Artes plásticas, dejando sorprendido a Tom, quien se fijaba que Bill no la tenía fácil tampoco por sus madres ser gays, y que no tenía más familia que sus mamás.

En sí también Tom se percató que la familia de Bill no era tan pudiente, no es que la suya lo fuera, pero estaban mejor acomodados que ellos.

De igual modo, eso no hizo mella en nada para Bill, quien apenas pudo empezó a comunicarse con Tom, quién hacía sus tareas pero tenía igualmente a Bill mandándole mensajes a cada rato, siendo un fastidio, pero gustándole de algún modo cómo era con él, así no fuera un alfa convencional, suponía que era mejor así.

Bill se volvió su buen amigo, quién lo escuchaba hablar de sus libros favoritos, crushes con personajes ficticios y que incluso en sus silencios, Bill estaba ahí para llenarlos, haciendo que dejara de usar audífonos en los recesos porque siempre estaba Bill con él.

Le molestaba mucho que fuera así de insistente a veces, pero Tom terminó por aceptarlo, Bill quien le daba regalos hechos a mano, galletas, y hasta había hecho un mixtape de todas las canciones que le recordaban a Tom, haciendo que Tom se sintiera tan raro por recibir aquellas atenciones, cuando a duras penas tenía a Mark en su salón que era su amigo, pero ni siquiera le daba la debida importancia, por lo que Tom mismo se había alejado un poco de él.

—¿En qué piensas? —preguntó Bill, despertando a Tom de su ensoñación.

—Oh, es que mi amigo, conocido, ya no sé qué es, Mark, el que te conté, me dijo que iba a haber una fiesta, y pues me mencionó que podía ir, y si bien como que me tienta el ir, no estoy seguro de hacerlo —expresó Tom su inseguridad.

—Pero si no son tan amigos, no vayas, Tom —repuso Bill, observando a Tom—. No necesitas ir, ¿no quieres que hagamos una pijamada?

Tom rió. —No creo que me dejen mis papás.

Bill suspiró, porque también sabía que sus mamás no le dejarían, ya que lo llevaron al médico cuando su rut siguió y notaron que Tom era su predestinado, así que si bien no le habían pedido que se aleje, sí habían tenido charlas, y él recibido clases para controlar su lobo y de esa forma no llamar al lobo de Tom. Sólo que Bill no tenía segundas intenciones, la verdad es que si bien fantaseaba mucho con Tom, lo que quería era pasar tiempo a su lado, y buscar animarlo como fuera.

—Podríamos no dormir, pero sí ver tus maratones de películas, con la puerta abierta y todo, eso, te haría palomitas dulces y con mantequilla —ofreció Bill, sonriéndole—. Sería más divertido, ¿no crees? Nuestra propia fiesta de a dos. Y no tendremos que fingir que nos caemos bien porque nos caemos bien —terminó por decir el alfa.

Bill no le había dicho a Tom que eran predestinados, no quería darle esa presión, quería que Tom se enamorara de él y de mayores poder estar juntos.

—Está bien… Igualmente me caen mal todos los del salón, aparte estará Brian y no lo aguanto. Voy a hablar con mi mamá, y te confirmo si me deja que vayas a mi casa con la puerta abierta de mi cuarto para ver Harry Potter —masculló Tom, sonriéndole a Bill, quien asintió feliz.

Cuando Tom le dijo a sus padres, ellos aceptaron, porque Tom no era muy sociable, y tendría la puerta abierta.

Bill fue muy feliz a casa de Tom, conociendo a los señores Kaulitz, y luego poniéndose a cocinar las palomitas en olla para luego ver películas con Tom.

Bill adorando cómo Tom repetía de memoria varios diálogos de la película, y que cuando terminaron riendo, Tom le robó un beso a Bill, sintiendo que era lo más natural del mundo al hacerlo.

—¿Eso significa que…? —preguntó Bill nervioso al haber recibido su primer beso de los labios hermosos, y deliciosos, de Tom Kaulitz, quien estaba sonrojado.

—No sé, ¿qué quieres que signifique? —cuestionó Tom, sintiendo sus ojos brillar y su rostro arder.

—Quiero ser tu novio, Tom, quiero todo contigo —expresó Bill de corazón.

—Entonces sé mi novio, Bill —susurró Tom como quien confiesa un secreto, volviendo a besarse con suavidad y lentitud, descubriendo el sabor de sus bocas, y separándose cuando escucharon pasos.

Cuando Bill lo dejó para irse a su casa, sonriéndole y sintiéndose entre nubes, es que Tom se echó en su cama, teniendo el malestar del celo… Haciéndolo arrugar la nariz ante el dolor, pero se encerró en su habitación, tocándose a sí mismo pensando en Bill, ya no en ninguno de sus crushes…

F I N

Si les gustó no olviden dejar un comentario. No descarto el que pueda hacer un what if del resto de parejas porque esta saga me tiene presa de la nostalgia.

por Kasomicu

Escritora del Fandom

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